viernes, 3 de marzo de 2017

Aishaa la arquitecta.

Aisha es una mujer muy trabajadora, apenas deja unos segundos ese esfuerzo y dedicacion que pone meticulosamente en su trabajo. Tanto que mientras debe dibujar en su trabajo como arquitecta acostumbra borrar todo por errores que solo ella puede ver.
Era uno de los dias mas lindos y Aisha se encontraba bebiendo un cafe mate lachiatto como tanto le gusta; Mientras disfrutaba sentada viendo el cielo y la refrescante briza de viento en su rostro, tomo otro sorbo a su cafe mientras proseguia con su papeleo en su ya muy organizada mesa.
Uno de los empleados mas cercanos de Aisha y uno e los pocos con quien llego a tener largas conversaciones se acerco y dijo "....disculpe señorita Aisha yo...", y ella respondio en un tono relajado mientras tomaba su cafe como si de un consejo y reprimenda amistosa se tratase "vamos...llevas aqui un tiempo y sigues tan nervioso, se que sin presion no hay diamantes pero alivianate un poco".
El sujeto mas confiado dijo "los demas empleados se andaban quejando, dijeron que ese sujeto que acostumbra mandarle piropos a las mujeres...se encontraba en la construccion haciendo cosas inapropiadas con una".
"Cosas?...que barbaro" *toma un sorbo* eso podria darnos una mala imagen, incluso una demanda *dijo un poco nerviosa* *colocando sus manos en la mesa rapidamente y con calma sin siquiera hacerla sonar*. "Te aseguraste que es cierto?".
"bueno yo solo vine por que los otros me lo dijeron, pero son los demas empleados los que dijeron que avistaron el suceso".
Aisha se rasco un poco la cabeza y dijo "que vengan ellos, no es tu problema hacer su trabajo sucio, supongo que al menos tendre que hablar con el", pero se podria enfadar si lo acuso de algo si no  hizo nada sera un mentiroso al que despida".
"lo dice por mi?. Ese tipo no es muy buena persona, no se por que ser tan paciente".
"no, no hablaba de ti solo relajate y sigue con tu trabajo, que sepa no tubiste nada que ver en esto".
Aishaa dio un buen estirron acomodando su espalda y se levanto para hablar con los obreros, no sin antes volver por su sandwich con una sonrisa dibujada en su cara.

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